-Cada
vez que ella tenía dudas encendía todas las luces, cogía su mano y le decía
sonriendo: ¿A que ahora lo ves todo mejor?
-Como
la balanza unos días le daba la razón y otros se la quitaba finalmente él le
sacó de dudas:- Te quiero. Ni más. Ni menos.-
-Tumbados
bajo el arcoíris le decía: -¿Ves? No todo es blanco o negro. Los demás colores
te llevarán lejos. Hasta ahí arriba.-
-En
sus paseos solía subirla sobre sus hombros y mientras ella sonreía él le
repetía: ¿Te das cuenta? Por encima de todo, estás tú.
-Para
que ella nunca se sintiera un cero a la izquierda. Él siempre iba detrás. Como
si fuera el número uno. Sintiéndose de diez.
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