-Te he olvidado sin querer.- Me dices. Desde luego
que sí. Porque con solo un poquito de querer…aún me hubieras salvado.
-Por fin me llené de valor y puse un punto final.
Pero entonces tú pusiste el tuyo. Y yo insistí con
otro. Y vuelta a empezar…
- Ella pierde la cabeza por ti y tú decides buscarle
un cerebro nuevo. No has entendido nada…
-Y de entre todos los finales posibles escogieron el
más duro y doloroso. Probablemente ninguno sabía que esos finales nunca tienen
final.
-Cuando se vuelve, ¿a dónde se va?
-Casi siempre a ninguna parte.