-Ella nunca quiso
entender que querer poco. A poco. No era cuestión de tiempo sino de ganas. Y
siguió queriéndole.
-Tarde comprendió que
dar tiempo. Al tiempo. No era ganar tiempo. Si no perderlo. Y perdió su
oportunidad. Y a ella. Al mismo tiempo.
-“Tú y mi mitad”.
Obsesionada con creer que él era su media naranja, permitió que siempre la
quisiera a medias.
-Como siempre había
soñado con vivir una historia mágica, le pareció precioso que él desapareciera
después de la primera cita.
-Yo…ni contigo ni sin
ti…- Y le pareció tan bonita la segunda parte, que se quedó sólo con el “ni sin
ti”. Y sin él.
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