-Y aquí sigo llena de
palabras. De las tuyas y las mías. De aquel día que decidimos que si tú no lo
decías yo tampoco.-
-Un día, por aquello
que llaman vivir, decidimos seguir respirando. Que entre olvidarnos o tenernos,
era lo menos destructivo.-
-Empeñado siempre en
mirar más allá nunca pudo ver a la que frente a él le estaba regalando el
mundo.
-Por fin lo tenía
todo: la decisión tomada, los planes por venir, los meses que olvidar. Pero le
seguía faltando el aire.
Ella respondió: ¿De
todas tus razones para no quererme, cuál es la que más te asusta; que seas
feliz o que esto pueda salir muy bien?
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